La meta de Renfe a largo plazo se centra en convertirse en un operador integral de movilidad, más allá del transporte ferroviario, y en consolidarse como un referente logístico a nivel internacional.
Este enfoque forma parte de su Plan Estratégico hasta 2028, donde planean avanzar en áreas clave como la digitalización, la internacionalización y la sostenibilidad. Uno de sus objetivos es que el 10% de sus ingresos provenga de fuera de España, mientras trabajan en ofrecer una experiencia personalizada y avanzar en la descarbonización del sector.
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